dimarts, 26 de febrer del 2013

Crisis de gobierno, silencio del alcalde.


En breve llegaremos al ecuador de este mandato municipal y se cumplirán dos años de gobierno CiU-PP. De aquel libro en blanco que el alcalde afirmó ir escribiendo a lo largo de la presente legislatura, las únicas páginas que se han escrito están llenas de tachones y de borrones. Hemos ido viendo cómo un equipo de gobierno que empezó ya fraccionado, se ha ido resquebrajando y desgastando al paso del tiempo por diferentes motivos. El más importante, el pacto con el Partido Popular. Un pacto que les está pasando factura por su inconsistencia y ante el cual el alcalde Olivella no reacciona. El principal problema es la permisividad del alcalde ante conductas inadmisibles de un concejal de su equipo de gobierno.

Desde el pasado verano, el teniente de alcalde del Partido Popular, Juan José Iglesias, aquél que iba a desnudar uno a uno a la oposición, no cumple con sus obligaciones de concejal de deportes y promoción deportiva.

Muestra de ello son las innumerables y continuadas ausencias tanto a los actos organizados por su propia concejalía como a las reuniones de trabajo propias de un político. Hace meses que no asiste a las entregas de trofeos de eventos deportivos ni se responsabiliza de atender las necesidades de las entidades deportivas de nuestro municipio. El alcalde, encubriendo la falta del concejal, despacha con ellas los martes por la tarde.

Una muestra más de que no ejerce las responsabilidades propias de su puesto de trabajo, es que no asiste a las comisiones informativas que se celebran entre el gobierno y la oposición todos los meses. Tampoco se presenta en las Juntas de Gobierno Local, reuniones semanales del gobierno para tratar los temas de actualidad propios del consistorio. Eso si, sigue percibiendo su sueldo de forma íntegra, dinero que proviene de los bolsillos de todos los ciudadanos de Calafell.

Pero, ¿quien es el máximo responsable de esta situación desconcertante que vive nuestro ayuntamiento? Claramente el señor alcalde, que al no poner remedio a esta situación se vuelve cómplice de este despropósito y le convierte en el principal culpable. Toda una falta de respeto a los trabajadores del ayuntamiento y a los ciudadanos que, en todo momento, se merecen que el alcalde ejerza como tal y tome una decisión contundente.

Pero la guinda viene ahora. La actitud de alcalde y concejal es tan grave que es probable que Calafell pierda la condición de subsede de los Juegos Olímpicos del Mediterráneo, o al menos pierda todo el prestigio ganado hasta el momento al incluirnos en el proyecto del 2017. Hemos sabido que el pasado 22 de febrero, todos los concejales de deportes de los ayuntamientos nombrados a formar parte de dichos juegos, debían presentarse en una reunión de trabajo en Tarragona para definir las necesidades operativas de cara a acoger el deporte asignado a cada municipio. Bien, pues nuestro concejal de deportes no asistió, dejando a Calafell en evidencia. En esta reunión debían trabajarse y decidirse aspectos de tipo político que no debería gestionar un técnico, dando una imagen lamentable como municipio. En vez de cumplir con sus obligaciones el concejal prefirió asistir a una feria de turismo en Pamplona a la que la concejal de turismo y el alcalde ya asistían y por lo tanto Calafell ya estaba representado.

Ahora resulta que ante todo el destrozo provocado, el concejal de deportes presenta su dimisión. El  mes de noviembre de 2011 el PSC de Calafell ya pidió su dimisión puesto que rápidamente fuimos conscientes del flaco favor que este concejal estaba haciendo al pueblo de Calafell.  El alcalde hizo oídos sordos a nuestra petición y la situación continuó hasta que se ha hecho insostenible. Esta situación se ha alargado en el tiempo más de la cuenta y el señor Olivella ha callado y no ha actuado ante dicho descalabro. Tampoco la dirección del Partido Popular de Calafell ha puesto remedio.

No nos queda más remedio que reprochar al señor alcalde su falta de capacidad de reacción como máximo representante de este consistorio ante la mofa del señor Iglesias. Nos hemos convertido en el "hazmereír" de la comarca. Reprochamos al alcalde no haber actuando firmemente ante un hecho tan grave como el arriba mencionado y lamentamos que nunca pueda llegar a escribir legítimamente alguno de los capítulos de su famoso libro. Así no.

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