El pasado 22 de mayo tuvo lugar una huelga de alcances históricos en nuestro país. Toda la comunidad educativa se echó a la calle para protestar por los más de 3000 millones de euros recortados en menos de 6 meses de gobierno del Partido Popular. También se aprovecharon las aulas para que los profesores ofrecieran a sus alumnos una explicación didáctica de la tendencia de las políticas de recortes impuestas por el gobierno. Y no es para menos, ya que estas medidas neoliberales impuestas a golpe de timón, están haciendo retroceder más de 30 años el sistema educativo público y la calidad del mismo que hasta el momento se había conseguido.
Se trata de un ataque frontal y directo a la universidad pública que, con estas medidas, perderá autonomía en favor de una intervención por parte de los gobiernos. Medidas que también atentan contra la igualdad de oportunidades. Las subidas de las tasas de matrícula, hasta un 66% y la disminución de las partidas destinadas a becas, hasta un 11%, significan una embestida a las clases menos pudientes, favoreciendo el acceso a los estudios universitarios únicamente a aquellas personas que tengan un nivel económico solvente.
Los ciudadanos ya tienen claro que todas estas medidas no se están tomando únicamente como planes de ajuste económico. Detrás de ellas hay una intencionalidad muy clara que va más allá de un ahorro y de una disminución del déficit. Con la excusa de la crisis se está dilapidando la educación pública y se está vetando el acceso a la educación a quien menos tiene, consiguiendo que los hijos de las clases menos acomodadas tengan menos oportunidades de acceso a estudios superiores.
Gracias a este sistema educativo público que parece ser al PP no le interesa mantener, se ha conseguido que millones de personas pertenecientes a clases trabajadoras hayamos podido estudiar. En mi familia, soy la primera generación que ha cursado estudios universitarios. Mis padres, como muchas otras personas, por las circunstancias del momento, no pudieron hacerlo.
Todo lo que hoy soy y sé se lo debo a la educación pública y de calidad que he recibido y estoy enormemente agradecida por ello. Por ello denuncio públicamente que las políticas agresivas del actual gobierno se están llevando por delante, sin consideración ninguna, todo el esfuerzo realizado por tanta gente durante tantos años. La educación de calidad es un derecho fundamental de todos los ciudadanos españoles, nos pertenece y es del pueblo.
Como consecuencia, el 22 de mayo de 2012, todo el sector educativo, desde las guarderías hasta las universidades, decidieron salir a la calle y sumarse a las protestas, sumarse a decir BASTA YA a los recortes que nos hacen retroceder en nuestro sistema de derechos, que no hace otra cosa que desmantelar nuestro estado del bienestar y que sólo favorece a unos cuantos.
Espero que, antes de que sea más tarde, los gobiernos se den cuenta, por motivos evidentes, que la prioridad de un país debería ser la educación.
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