diumenge, 31 de març del 2013
¡Aquí huele a muerto!
El título de la película que, hace unos años, protagonizaba Martes y 13, sirve para ilustrar esta entrada del bloc de los socialistas de Calafell. En ella queremos hacer una reflexión sobre el inicio del expediente para la construcción i explotación de un tanatorio en Calafell que el equipo de gobierno (CiU-PP) aprobó el jueves pasado en el Pleno del Ayuntamiento.
El equipo de gobierno pretende construir un tanatorio (de unos 700 metros cuadrados), con aparcamiento anexo, ampliando el cementerio actual con 400 níchos más, 300 columbarios y 30 tumbas, reparando los níchos actuales (especialmente, las cubiertas) y manteniendo la jardinería y el cementerio actual, en general. El coste de la inversión es de más de 2'5 millones de euros. Además, la empresa concesionaria se haría cargo de los tres trabajadores municipales que llevan el mantenimiento de la instalación, actualmente, y se contratarían a dos empleados más para llevar el tanatorio. Todo ello, en una concesión a 50 años, para amortizar la inversión que haría la posible empresa adjudicataria. Según el estudio económico, tal empresa debería aportar un 40% de los recursos con fondos propios y un 60% con un préstamo privado.
Falta de oportunidad y necesidad
Hace unos años, cuando la crisi económica no se preveía o no se intuía su magnitud, se hicieron muchos equipamientos que, ahora, se han manifestado como innecesarios e inviables económicamente. Tenemos muchísimos ejemplos, quizá el más conocido fue el aeropuerto de Castellón (que nunca tuvo ni tendrá aviones que despeguen y aterricen en él). Éste podría ser el caso del tanatorio de Calafell.
La comarca del Baix Penedès ya dispone de una instalación comarcal que ya realiza esta función. El tanatorio actual del Vendrell dispone de cuatro salas y está a punto de inaugurarse su ampliación a siete salas. También dispondrá de un oratorio de 200 metros cuadrados y un crematorio. Con ello, el tanatorio comarcal se colocará en la élite de las instalaciones de este tipo de nuestra provincia. Por él, pasan unos quinientos difuntos al año que le permiten amortizar la inversión y dar un servicio exquisito y muy profesional.
Con esta ampliación, se cubren las necesidades presentes y futuras de la comarca, en esta materia, durante varios años. Tal inversión hace innecesaria la construcción de más tanatorios en los municipios a los que da servicio el comarcal. Por tanto, no hay ninguna necesidad de que cada municipio construya su propio tanatorio, puesto hay una instalación comarcal que presta el servicio con solvencia y suficiencia.
Ciertamente, los propietarios del tanatorio comarcal, hace ya unos años, compraron un terreno en el Parque Empresarial de Calafell para la construcción de un tanatorio. La voluntad de dar proximidad de los servicios a la población, hacía pensar que Calafell podía suponer una descarga importante para el tanatorio de Vendrell y, parte de los servicios, podrían prestarse en la nueva instalación. Pero, por motivos empresariales y de oportunidad se decidió apostar por la ampliación del tanatorio del Vendrell, en lugar de una nueva instalación en Calafell.
Eficiencia económica discutible
En Calafell, según datos del propio Ayuntamiento, mueren unas 160 personas censadas al año (173 en el 2011 i 154 en el 2012), de las cuales sólo se entierran en el cementerio de Calafell unas setenta. Según el estudio de viabilidad presentado por el propio Ayuntamiento, estos datos están hinchados en exceso. Se prevén 184 defunciones en el 2013 y 113 entierros en el cementerio actual. Estos datos están lejos de la realidad, durante el primer trimestre del 2013, el Juzgado de Paz de Calafell ha registrado sólo 13 defunciones. El año pasado registraron 96. En el cementerio se enterraron unas setenta personas, de las cuales 68 pasaron por el Tanatorio del Vendrell. Aunque de estos 68 difuntos, sólo la mitad usaron los velatorios existentes.
Por tanto, unos 35/40 difuntos anuales podrían utilizar los velatorios que se prevén construir en el cementerio de Calafell. Eso significa entre 3 y 4 difuntos al mes, de lo que se desprende que durante 26/28 días al mes la instalación estaría en desuso o cerrada. Por tanto, dando una imagen parecida a la del aeropuerto de Castellón.
Además, resulta curioso que un equipo de gobierno que está cerrando guarderías, por falta de niños y por la disminución de la natalidad, se dedique a construir un tanatorio que usarán 4 o 5 personas al mes. Y más, cuando se prentende hacer una política de contención económica y racionalidad en la construcción y explotación de equipamientos. En este caso, está completamente injustificado.
¿Ubicación idónea?
El actual cementerio de Calafell se construyó, en los terrenos donde está ubicado, a mitad del siglo pasado, aproximadamente. Su anterior ubicación era el interior del Castillo de la Santa Creu. De allí se trasladaron los níchos al nuevo cementerio, situado, en aquel momento, a las afueras del núcleo histórico. El crecimiento del pueblo y su posición prominente hicieron pensar en su traslado. Con el anterior planeamiento y el POUM actual, el cementerio de Calafell queda rodeado por un espacio urbanizable que pretende ser el futuro ensanche del pueblo. En esa urbanización se prevén construir unas de 1.200 viviendas. El cementerio, pues, quedará rodeado de bloques de viviendas en un futuro, en pleno centro del ensanche.
La construcción del tanatorio y su concesión a 50 años hacen preveer que se consolidará su ubicación actual, pese a saber que quedará en el centro del futuro ensanche del pueblo. Durante la redacción del POUM se intentó ubicar un nuevo cementerio en el municipio, dada su ubicación y futuro crecimiento previsible. No se consiguió una ubicación definitiva, pero se dejó la puerta abierta a redactar un plan especial para implantarlo allí donde fuera posible. También se dejó la previsión, al lado del cementerio actual, para poder hacer un tanatorio. Pero, en ese momento, la ampliación del tanatorio de Vendrell no era imaginable.
Por todo eso, la ubicación del cementerio actual no sería la más recomendable en un futuro, puesto que no es descabellado pensar en una nueva ubicación para un futuro cementerio, dado el crecimiento que tiene el actual y el crecimiento de población que se prevé en Calafell.
Poca rentabilidad
Pese a preveer un crecimiento en la línea del que Calafell tenía hace unos años, el estudio económico demuestra que el nuevo equipamiento y la concesión del servicio tendrían un TIR del 6'43%. Eso sí, con un aumento de las tarifas actuales de un 30%, aproximadamente. Según el estudio de viabilidad, el tanatorio produciría beneficios al concesionario a partir de los 20 años de concesión. Seguramente, para esas fechas o antes, habrá que pensar ya en la construcción de un nuevo cementerio.
De los 228 níchos que se construyeron en el 2009 aun quedan 151 por ocupar. Eso significa que muchos entierros se realizan en níchos de propiedad o en otros ya alquilados, donde ya se enterró a un familiar con anterioridad. Siguiendo este ritmo, en cambio, el cementerio podría durar unos treinta años más, ¡pero sólo se venderían unos 20 níchos al año! Por tanto, también parece una operación poco rentable desde este punto de vista.
La excusa de que la inversión se realiza íntegramente con capital privado, al 100%, no exime al Ayuntamiento de asumir su coste, en caso de no ser rentable para el concesionario. Por tanto, en caso de pérdidas, éstas deberían asumirse por el Ayuntamiento. Es decir, todos los ciudadanos de Calafell deberían hacer frente a la financiación de una operación, aparentemente, ruinosa para el municipio que nos obligaría a pensar aquello de que ¡vaya muerto nos han dejado! En cambio, en caso de beneficios, sólo el 1'5% de los mismos serían para el Ayuntamiento en concepto de cánon de uso de la instalación.
Conclusión
En definitiva, creemos que es no es recomendable la construcción y explotación de un tanatorio en Calafell, con los datos reales actuales, por su escaso número de servicios al año, por su ubicación, por su escasa viabilidad económica y por qué, a dos kilómetros, tenemos un tanatorio que ya está dimensionado para hacer tal función. Por todo ello, no vemos la necesidad de tal inversión, a no ser que haya algún interés oculto detrás de todo esto que nos obligue a pensar que ¡aquí huele a muerto!
Os ponemos una imagen del anteproyecto hecho por el estudio JFarquitectes que aparece en el apartado de proyectos en proceso. La fecha es de 2011 (suponemos que del último trimestre) y el cliente es la empresa Mémora. ¿Será el adjudicatario que oculta el equipo de gobierno? Por lo que parece, ya trabajan en el futuro tanatorio de Calafell desde el 2011...
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Tiene alguna relación con este proyecto un antiguo concejal de CiU que se dedica al sector funerario?
ResponEliminaPues no, el antiguo concejal de CiU trabaja en el tanatorio del Vendrell.
EliminaNo me lo puedo creer! No será el pomicia local? Porque es totalmente incompatible ser agente conotra función que no sea la docencia y limitada a unas hr anuales. Con tanto paro y este señor con dos trabajos que no puede ejercer. Señores del ayuntamiento tonen medidas que eso es denunciable!
EliminaNo, tiene compatibilidad y puede hacerlo.
EliminaCompletamente de acuerdo.
ResponElimina¿Se puede impedir o denunciar el gasto inútil para evitarlo?
Pues a mi me da un poco yu-yu, si dicen que no tienen suficientes muertos para la explotación del tanatorio ¿piensan activar la mortalidad para hacer el cupo?.
ResponEliminaEn los dos años que llevan, ni un miserable proyecto y justo cuando presentan uno, lo único que se me ocurre pensar es que prefiero que no hagan nada. Que triste.
Un saludo
Us heu parat a pensar que posiblement és perque com ells són una colla de morts...
ResponEliminaLos procedimientos de las adjudicaciones se realizan así ?
ResponEliminaNo comprendo la existencia desde 2.011 de éste anteprojecto a la vista y que en el pleno dudasen de si el concurso podría quedar desierto o no.